“La próxima vez que hablen con alguien que niegue la existencia del cambio climático, díganle que haga un viaje a Venus. Yo me haré cargo de los gastos”, afirmó el físico británico, Stephen Hawking en tono irónico, en un documental. Hoy su legado es indudable. Considerado una de las mentes más brillantes junto a Albert Einstein, Hawking habló del fin del planeta ya en el 2007. En la madrugada de ayer abandonó la Tierra en su casa en Cambridge, a los 76 años. Explicó el universo desde una silla de ruedas y acercó las estrellas a la gente de la calle.
A los 22 años fue diagnosticado con esclerosis lateral amiotrófica, ELA, y los médicos le dieron solo dos años de vida. Pero vivió 54 más. La enfermedad lo postró y atrofió la capacidad de hablar. Un sintetizador de voz le permitió transmitir los secretos del universo al mundo.
Su vida se limitaba a la flexión de un dedo y el movimiento de los ojos, pero su mente brillante se encargó de urdir las teorías más complejas sobre agujeros negros y unificar las dos grandes del siglo XX: la teoría cuántica y relatividad. Su apabullante intelecto, su intuición, su fuerza y su sentido del humor, combinados con una destructiva enfermedad, convirtieron a Hawking en símbolo de las infinitas posibilidades de la mente humana, y de su insaciable curiosidad.
“Aunque había una nube sobre mi futuro, encontré, para mi sorpresa, que disfrutaba más de la vida en el presente de lo que la había disfrutado nunca”, dijo en una ocasión. “Mi objetivo es simple. Es un completo conocimiento del universo, por qué es cómo es y por qué existe”.
El científico visitó en dos oportunidades Chile invitado por el Centro de Estudios Científicos. La primera en 1997 que concluyó con una excursión en la base antártica Teniente Marsh. Más adelante declaró que fue un hito en su vida estar al fin del mundo.
Predijo el fin del Planeta
El mundo morirá en 200 a 500 años, fue el fatal pronóstico que hizo hace algunos años. El físico británico ha calculado la fecha, pero aún no el cómo: en varias oportunidades se ha referido científicamente al cambio climático y agotamiento de la Tierra, como también a la muerte de la raza humana por Inteligencia Artificial, guerras nucleares, y fue uno de los primeros en adelantar que debemos preocuparnos de buscar un nuevo hogar.
“En muchos aspectos, la Tierra y Venus son como parientes cercanos. Venus tiene casi el mismo tamaño que la Tierra y está solo un poco más cerca del Sol. También tiene atmósfera”.
Pero Venus tiene una presión atmosférica 90 veces más alta que la de nuestro planeta y una temperatura de 200 °C, según apuntó. Hawking afirmó que el actual estado de Venus es el resultado de lo que sucede cuando los gases de efecto invernadero están fuera de control.
Ante la inminencia de la muerte del planeta, según Hwaking, propuso dirigir la mirada hacia Alfa Centauri, el sistema estelar más cercana al Sol, ubicado a unos 4,37 años luz o 41,3 billones de kilómetros del planeta azul. A partir de esto, Hawking pidió financiar el proyecto Breakthrough Starshot, que consiste en elaborar una sonda en la que viaje una nanonave casi alcanzando la velocidad de la luz.
Este sistema “podría hacer un viaje entre la Tierra y Marte en menos de una hora y llegar a Alfa Centauri en un poco más de 20 años”, manifestó Hawking. Si todo sale como lo esperado, para la mitad de este siglo ya podrían existir muestras del planeta que alcance en dicho sistema estelar.
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