Se requieren acciones trascendentales para asegurar la sostenibilidad ambiental
Quienes se benefician de la explotación de recursos naturales en áreas protegidas deben asegurar la sostenibilidad ambiental, especialmente en términos de preservación de la flora y fauna, garantizando así un legado sostenible para las generaciones futuras.
Los desafíos éticos y ambientales en la explotación de recursos naturales en áreas protegidas requieren acciones concretas de las instituciones públicas y privadas. Estas acciones deben demostrar una gestión integral para preservar los sistemas biológicos, físicos, socioeconómicos, culturales y jurídico-institucionales, dijo Marisol Yabeta Azaeda, Presidente del Colegio de Ingenieros Ambientales departamental Santa Cruz.
“El Gobierno Nacional, como consecuencia de la expansión de la actividad petrolera viene interviniendo áreas protegidas, amenazando y afectando ambientalmente principalmente a los factores: Ecología (flora y fauna), Suelo, Agua. Como resultado existen impactos irreversibles al medio ambiente ya que las áreas protegidas son zonas caracterizadas como vulnerables, siendo lugares que por sus valores de los recursos naturales deben ser protegidas, peor aún si se trata de actividades petroleras”, señaló Yabeta.
Asimismo, dijo que la exploración minera, por ser una actividad extractiva, a menudo se centra en los intereses de las empresas, descuidando los de las comunidades y la población boliviana en general. Los impactos principales se manifiestan especialmente en el suelo, la ecología y los recursos hídricos, incluyendo ríos y otros cuerpos de agua.
Prevención
Para prevenir y mitigar impactos ambientales, es esencial restringir el acceso a áreas protegidas. Sin embargo, bajo el régimen regulatorio ambiental el Decreto Supremo N° 3856 disposición complementaria al Reglamento de prevención y Control Ambiental, en el listado del Anexo A permite la implementación de ciertas actividades para el sector hidrocarburos y minero, para lo cual como medida efectiva se exigen estudios rigurosos como parte integral de los procesos de Evaluación de Impacto Ambiental, dada la alta repercusión y afectación que conlleva estas actividades.
Además, quienes se benefician de la explotación de recursos naturales en áreas protegidas deben asegurar la sostenibilidad ambiental, especialmente en términos de preservación de la flora y fauna, garantizando así un legado sostenible para las generaciones futuras.
Adicionalmente, como otra medida efectiva es la aplicación de multas económicas a infractores, asegurando el cumplimiento de compromisos ambientales durante la ejecución y operación de actividades. Esto no solo disuadiría prácticas irresponsables, sino que también evitaría la generación de pasivos ambientales e impactos irreversibles al medio ambiente como consecuencia de la exploración petrolera y minera, dijo Yabeta.
La representante de los Ingenieros Ambientales afirmó que para garantizar una participación efectiva de los profesionales de este rubro, es imperativo impulsar programas educativos que aborden la ética ambiental y la sostenibilidad. Así también establecer mecanismos que fomenten la colaboración entre instituciones académicas, empresas y entidades gubernamentales, permitiendo una contribución de los expertos en Ingeniería Ambiental en la toma de decisiones.
El rol de la mujer en el sector
Por otro lado, Yabeta indicó que la mujer, desde su experiencia como ingeniera ambiental en Bolivia, ha desempeñado un rol importante en la conservación de reservas naturales frente a la presión de la industria minera y petrolera. En representación del Colegio de Ingenieros Ambientales, se han establecido coordinaciones efectivas con organizaciones públicas y privadas para promover criterios de conservación y protección ambiental.
Una experiencia notable de la institución fue lograr que la autoridad nacional ratificara la prohibición de actividades mineras en áreas protegidas, demostrando la contribución directa de las mujeres ingenieras ambientales liderando colegiados de profesionales y movimientos ambientales en la defensa del medio ambiente.
“Además, como directorio actual, conformado mayormente por mujeres, hemos tomado decisiones firmes para defender y preservar reservas naturales como la zona de amortiguamiento de las Lomas de Arena y la unidad de conservación de patrimonio natural Urubó – Guenda, enfrentando los desafíos asociados a la presión política en Bolivia”, sostuvo la ambientalista.
Asimismo, indicó que en el contexto donde la sostenibilidad y la equidad de género son fundamentales, es importante fortalecer la presencia y participación activa de las mujeres ingenieras ambientales en la toma de decisiones sobre la correspondencia o no para exploración petrolera en reservas, esto permitiría el fomento de la inclusión y el liderazgo femenino en roles decisivos, promoviendo programas de mentoría y capacitación con grados académicos de especialidad.
“El impacto a largo plazo sería significativo, ya que la diversidad de perspectivas en la toma de decisiones mejoraría el enfoque de la gestión ambiental. Las mujeres ingenieras aportarían con criterios innovadores técnico – científicos y aspectos de ética, generando soluciones más equitativas y sostenibles para la exploración petrolera en reservas, promoviendo así una gestión ambiental integral más eficiente y responsable”, aclaró la experta.
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