Del 12 al 14 de junio de 2024, la ciudad de Sucre fue el escenario principal del Primer Congreso Internacional de Energética, una cita que reunió a expertos nacionales e internacionales para discutir sobre el futuro energético sostenible y la innovación tecnológica en el sector.
El Primer Congreso Internacional de Energética, celebrado entre el 12 y el 14 de junio de 2024 en Sucre, consolidó a la ciudad como un centro clave para el intercambio de ideas y propuestas en el ámbito energético. Organizado por la Facultad de Ingeniería y Ciencias Aplicadas Meca-Electrónicas (FICAM) de la Universidad Mayor Real y Pontificia San Francisco Xavier de Chuquisaca (UMRPSFXCH), el evento atrajo a destacados académicos, investigadores y expertos nacionales e internacionales.
La ceremonia de apertura y las diversas actividades del congreso tuvieron lugar en el Teatro Gran Mariscal, extendiéndose a lo largo de tres días de intensas sesiones. La inauguración contó con la presencia de figuras prominentes de la Universidad, incluyendo al rector de la UMRPSFXCH, Walter Arizaga, y a la decana de la FICAM, Tatiana Vicker
El evento, que celebró también el cuarto centenario de la UMRPSFXCH, congregó a personalidades destacadas del sector energético y académico. Entre ellos, Marcos Daniel Actis, decano de la Facultad de Ingeniería de la Universidad Nacional de La Plata; Enith Patricia Carrión Quezada, ex viceministra de Electricidad y Energía Renovable de Ecuador; Patricia Arnera, directora de la Carrera de Ingeniería Eléctrica de la misma universidad argentina; Jerges Mercado Suárez, ex viceministro de Electricidad y actual Diputado Nacional en Bolivia, y Oscar Siles, presidente de AEE Bolivia aportaron sus valiosas perspectivas y conocimientos.
Representantes de diversas empresas e instituciones relacionadas con el sector energético participaron con una amplia gama de temas. Las temáticas abarcaron desde la generación, transmisión y distribución de energía, hasta el uso eficiente, las políticas energéticas, tecnologías emergentes, y el manejo de recursos energéticos, con un enfoque particular en las energías renovables.
El congreso no solo destacó por su relevancia académica y científica, sino también por su contribución a la búsqueda de soluciones sostenibles y tecnológicas ante los desafíos energéticos actuales. Este evento se posicionó como un hito en la agenda energética regional, facilitando el intercambio de conocimientos y promoviendo el desarrollo de innovaciones que puedan transformar el panorama energético en los próximos años.
Avances y retos en el camino hacia la eficiencia energética
En el cierre del Congreso Internacional de Energía, Tatiana Vicker, evaluó el desarrollo del congreso y sus implicancias para el futuro de la energía en Bolivia y más allá. Destacó que la eficiencia energética ha sido el tema central de las presentaciones y debates en el congreso. Las distintas formas de energías renovables, incluyendo solar fotovoltaico, eólico, geotérmico y biomasa, convergen en la necesidad de optimizar el uso de energía. “La eficiencia energética no solo es para reducir la emisión de dióxido de carbono, sino también para estabilizar el impacto del cambio climático en un futuro cercano,” afirmó.
Este enfoque hacia la eficiencia energética es visto como un pilar para lograr una matriz energética más sostenible y adaptada a las necesidades del siglo XXI. La integración de diferentes formas de energía renovable, combinadas con la mejora en eficiencia, puede llevar a un equilibrio necesario en la lucha contra el cambio climático.
Uno de los momentos más esperados del congreso fue la presencia del diputado Jerges Mercado, quien abordó las futuras direcciones de la política energética en Bolivia. La discusión giró en torno a cómo las políticas deben adaptarse y evolucionar para apoyar la transición hacia una matriz energética más verde. Vicker enfatizó la importancia de una acción continua y la implementación de políticas efectivas para mitigar los efectos del cambio climático.
“Esperar hasta el 2030 no es una opción viable; necesitamos acciones inmediatas para frenar el cambio climático que se está haciendo cada vez más evidente,” señaló. En este sentido, el congreso se propuso como una plataforma para generar concientización y acelerar la implementación de proyectos de energía renovable y eficiencia energética.
Académico
El congreso no solo fue un punto de encuentro para profesionales y expertos, sino que también atrajo a una impresionante cantidad de estudiantes. Alrededor de 600 jóvenes de diversas universidades de Bolivia asistieron, destacando el creciente interés en el campo de las energías renovables. Vicker destacó la importancia de la especialización en esta área para las nuevas generaciones. “La participación de los jóvenes es muy importante; ellos son los que en el futuro liderarán el mercado energético,” dijo.
La Facultad de Ciencias e Ingeniería Aplicadas, donde Vicker tiene una destacada influencia, está en pleno rediseño curricular para adaptarse a las demandas del sector energético moderno. La facultad busca no solo impartir conocimientos académicos sino también ofrecer experiencias prácticas que preparen a los estudiantes para los desafíos del mercado laboral.
La evaluación de Vicker reflejó un optimismo reflexivo pero firme sobre el camino a seguir. La visión es clara: replicar este congreso cada dos años, evaluando los progresos realizados y los desafíos persistentes. El objetivo es mantener un enfoque continuo y riguroso hacia la eficiencia energética y la integración de tecnologías renovables.
“Es fundamental seguir concientizando no solo a los jóvenes y académicos, sino también a aquellos en el poder, ya que sus decisiones determinarán el futuro de la humanidad,” remarcó Vicker.
Este evento estableció una base sólida para el avance de la eficiencia energética en Bolivia y el mundo, promoviendo un enfoque integrador que conecta la academia, la industria y la política. La evaluación de Tatiana Vicker resaltó la importancia de estos eventos para fomentar el diálogo y la acción en un tema decisivo para el futuro del planeta.
El congreso también contó con el apoyo de varias empresas y entidades académicas, lo cual enriqueció la experiencia para los asistentes. La colaboración con la Universidad de La Plata de Argentina y empresas como Huawei Technology, entre otras, acentuó el carácter internacional y la relevancia del evento. Estas alianzas han permitido a los estudiantes y participantes tener acceso a innovaciones como vehículos eléctricos exhibidos por ENDE Corporación y sistemas avanzados de control energético, ampliando su perspectiva sobre las posibilidades en el sector.
Normativa eléctrica en Bolivia: un llamado a la modernización y equidad
La legislación que regula el sector eléctrico en Bolivia, vigente desde 1994, ha quedado obsoleta y requiere una revisión urgente para alinearse con las necesidades contemporáneas y las directrices de la Constitución Política del Estado que reconoce la energía como un derecho humano, lo cual exige un enfoque en la equidad, cobertura y acceso universal al servicio público.
Jerges Mercado, ex viceministro de Electricidad y actual diputado Nacional, destacó la necesidad de reformar la Ley 1604 de Electricidad, subrayando que ha permanecido casi inalterada desde su promulgación en pleno auge del neoliberalismo.
En los últimos años, se han realizado cambios puntuales, como las modificaciones a los artículos 15 y 65 en 2009, que permitieron al Estado tomar un rol protagónico y permitieron la integración vertical de las empresas eléctricas estatales. Esto permitió que estas empresas puedan generar, transportar y distribuir energía, algo previamente prohibido. Sin embargo, según Mercado, estos cambios, aunque fundamentales, solo han sido “cirugías” temporales que han permitido la supervivencia del sector hasta hoy, sin abordar la modernización integral que se necesita.
Una ley desfasada en el tiempo
El contexto de la Ley 1604, promulgada en una era donde la energía se concebía primordialmente como una mercancía y la eficiencia económica era la prioridad, ya no corresponde a la realidad actual de Bolivia. Hoy en día, la Constitución reconoce la energía como un derecho humano, lo cual exige un enfoque en la equidad, cobertura y acceso universal al servicio público. Mercado señaló que la ley vigente está desalineada con estos principios fundamentales, generando un marco normativo inadecuado para enfrentar los desafíos modernos.
El órgano encargado de proponer estos cambios, el Ministerio de Hidrocarburos y Energía, tiene la responsabilidad de liderar esta transformación legislativa. Es fundamental que la nueva normativa no solo se enfoque en la eficiencia económica sino también en la eficiencia social, asegurando que todos los bolivianos tengan acceso a un servicio eléctrico de calidad, acotó el diputado.
Mercado indicó que desde 2009, hubo varios intentos de reformar la ley, pero ninguno ha prosperado. Borradores de nuevas leyes fueron elaborados en 2011, 2012 y el más reciente en 2015, sin llegar a consolidarse en una nueva normativa. Estos esfuerzos fallidos evidencian una falta de voluntad o consenso político para impulsar una reforma integral que contemple la evolución del sector eléctrico y su entorno.
El rol del estado en la transición energética
Un aspecto que Mercado resaltó, es la necesidad de que la nueva legislación refleje la transición energética. Bolivia, con sus abundantes recursos hídricos y de gas, debe comenzar a crear las condiciones para una mayor participación de las energías alternativas hacia 2040. Aunque el país debe aprovechar sus recursos actuales, es vital sentar las bases para una futura diversificación hacia energías renovables. Esto incluye la creación de incentivos para la autogeneración y la integración de tecnologías emergentes, como la generación distribuida y las electrolineras para vehículos eléctricos, reguladas hasta ahora principalmente por Decretos Supremos.
El rezago en la actualización de la Ley de Electricidad refleja un atraso de una década respecto a otros sectores, como el de hidrocarburos, que también enfrenta desafíos similares con su normativa de 2002. La reforma de la Ley 1604 no es solo una cuestión de modernización técnica, sino de justicia social y equidad en el acceso a un recurso vital como la electricidad, dijo Mercado.
La conversión de autos a baterías de litio: revolución en movilidad y medioambiente
En el marco del Primer Congreso Internacional en Energética, el Dr. Marcos Actis, decano de la Facultad de Ingeniería de la Universidad Nacional de La Plata (UNLP), fue honrado con el título de Doctor Honoris Causa por la Universidad Mayor Real y Pontificia de San Francisco Xavier de Chuquisaca. Esta importante distinción a través de la Facultad de Ingeniería y Ciencias Aplicadas Meca-Electrónicas, propuso su postulación “en virtud de la permanente labor desarrollada en el ámbito de la ciencia y tecnología en ingeniería aeroespacial, en la gestión de proyectos de investigación científica, relacionados con temas aeronáuticos y aeroespaciales y que ha contribuido a la transferencia de conocimientos en aplicaciones e innovaciones tecnológicas”.
Actis fue pionero en la reconversión de vehículos con motores de combustión a sistemas de baterías de litio, una tecnología emergente que promete no solo mejorar la eficiencia energética sino también reducir la dependencia de combustibles fósiles. Durante su discurso en la ceremonia de reconocimiento, Actis enfatizó la importancia de las innovaciones tecnológicas en la reducción del impacto ambiental de la industria automotriz.
“La conversión de vehículos a sistemas de baterías de litio no solo mejora la eficiencia de combustible, sino que también reduce significativamente las emisiones de gases de efecto invernadero,” afirmó.
Desafíos y oportunidades
La trayectoria de Actis en la UNLP ha sido marcada por la creación de tecnologías aplicadas, muchas veces enfrentando la falta de apoyo del sistema científico tradicional, el cual prioriza la publicación de artículos académicos sobre el desarrollo práctico. Criticó esta tendencia, argumentando que la verdadera innovación radica en la capacidad de convertir investigaciones en productos que beneficien directamente a la industria y la sociedad.
“En Argentina, es difícil competir con la producción de artículos científicos que no necesariamente se traducen en desarrollos industriales,” señaló. “Necesitamos cerrar el ciclo, no solo generando conocimiento, sino también creando productos que puedan comercializarse y generar un impacto tangible en la industria.”
Un proceso de valor agregado
La fabricación de baterías de litio en Argentina enfrenta el obstáculo de la falta de infraestructura para refinar litio localmente. Actualmente, el litio se importa ya refinado, lo cual representa una oportunidad perdida para agregar valor en el país. Actis argumentó que la creación de una cadena de producción completa, desde la refinación del litio hasta la fabricación de baterías, es esencial para maximizar el beneficio económico y ambiental.
La Universidad Nacional de La Plata ha implementado varios proyectos de conversión a tecnologías eléctricas. Un ejemplo destacado es un colectivo en La Plata que fue adaptado con un motor eléctrico y baterías, demostrando la viabilidad de la tecnología en aplicaciones de transporte público. Este tipo de iniciativas no solo mejora la eficiencia energética sino que también ofrece una solución práctica para reducir las emisiones urbanas.
“Este proyecto fue financiado en gran parte por la universidad, demostrando nuestro compromiso con la extensión universitaria y el impacto social,” detalló Actis. “Es una manera de devolverle a la sociedad los beneficios de nuestra investigación.”
Mirando hacia el futuro
Actis también anticipó un futuro donde el hidrógeno podría complementar o incluso reemplazar al litio en aplicaciones energéticas, destacando la necesidad de flexibilidad y adaptación en la investigación tecnológica. Sin embargo, por ahora, la tecnología de baterías de litio sigue siendo una pieza clave en la transición hacia la movilidad sostenible.
“El hidrógeno podría jugar un papel importante en el futuro, pero hoy debemos centrarnos en aprovechar al máximo nuestras oportunidades con las baterías de litio,” concluyó Actis.
En resumen, la conversión de autos a sistemas de baterías de litio no es solo una innovación tecnológica, sino una necesidad estratégica para abordar desafíos ambientales y económicos en Argentina y más allá. La visión de líderes como el Dr. Marcos Actis destaca la importancia de integrar la ciencia con aplicaciones prácticas para crear un impacto duradero en la sociedad y el medio ambiente.