Este sector en la cadena de la industria hidrocarburífera es el más seguro, pero a la vez el más riesgoso por el contenido que transporta.
El 1 de julio de 1999 los entonces presidentes de Bolivia y Brasil, Hugo Bánzer y Henrique Cardoso, respectivamente, abrieron la llave del gasoducto Bolivia-Brasil (Gasbol), que se convertiría en el más grande medio de transporte del principal producto de exportación de Bolivia: el gas natural.
Desde aquella época, en el país se inició un intenso aprendizaje sobre este tipo de activos en la industria petrolera, tanto que actualmente se aplican normas internacionales para la supervisión y mantenimiento de ductos, tarea que la realizan empresas especializadas.
De acuerdo con datos de YPFB Transporte, como propietaria opera una red de más de 8.644 kilómetros de gasoductos, oleoductos y poliductos. Cabe señalar que existe otros tantos kilómetros de ductos que mantienen las empresas operadoras, que llevan la producción de los pozos hasta las plantas de procesamiento.
DESARROLLO
Para el experto en mantenimiento de ductos e Ingeniería de Piping, el colombiano Gustavo Suárez Orta, las tuberías como elementos de transporte de fluidos, conforman uno de los alcances más importantes en la mayoría de los proyectos de Oil & Gas, debido al alto impacto en tiempo y costos que estas tienen con relación al resto de los equipos.
“Por esta razón en la mayoría de los proyectos de Ingeniería se considera a la Ingeniería de Piping como una de las disciplinas especializadas, cuya interrelación con el resto de disciplinas resulta clave para el desarrollo de los proyectos”, destacó.
Al mismo tiempo sostuvo que existe una serie de normas aplicables al Piping, como las de la Asociación Americana de Ingenieros Mecánicos (ASME, en inglés) que rigen para las tuberías para vapor de potencia, tuberías para plantas de procesos, oleoductos, gasoductos y tuberías para transporte de hidrógeno.
“La Ingeniería de Piping abarca los procesos de: Diseño, Fabricación, Construcción e Inspección de Ductos y Tuberías, por lo que resulta importante que los profesionales del rubro se capaciten en esta área.
Desafortunadamente la mayoría de los programas de capacitación existentes no abarcan todos estos procesos. Salvo el curso “Fundamentos de la Ingeniería de Piping” que hemos venido dictando desde hace tres años en varios países desde México hasta Bolivia”, precisó Gustavo Suárez, a tiempo de invitar al curso “Fundamentos de la Ingeniería de Piping”, que se dictará en las instalaciones de la CBHE, el 12 de agosto.
ACTUALIZACIÓN
Para el especialista en Integridad de Equipos Estáticos, Carlos Cabrera, a pesar de que en Bolivia, la Ley de Hidrocarburos no define como mandatorias las normas ASME, API o AWS (solo las menciona como referencias), las empresas operadoras las toman al pie de la letra, porque admnistrar correctamente un ducto significa ser responsable con la vida de las personas y del medio ambiente.
“El problema es que no hay actualizaciones hasta la fecha, pero sí hay una regulación por la ANH (Agencia Nacional de Hidrocarburos), que hace auditorías con cierta frecuencia a las operadoras de ductos para ver cumplimiento de requisitos mínimos”, sostuvo Cabrera.
El experto explicó que la corrosión es la que más afecta la integridad de los ductos, sobre todo si están enterrados. La corrosión es causada por el electrolito, es decir el suelo o la tierra y ante esto, se debe proteger con revestimientos como pinturas epóxicas o cintas especiales que envuelven el ducto, que tienen un alto coeficiente dieléctrico que aísla el metal del electrolito.
Además de ello -precisó- para extender la vida útil del activo se requiere un sistema de protección catódica, que brinda un “paraguas” adicional. “Para que haya corrosión tiene que haber un flujo de electrones que se da fácilmente en la tubería, la cual pierde material. El electrolito ya lo estoy aislando, pero tengo todavía la conducción. Entonces la protección catódica cambia las condiciones para que no se forme el ánodo y el cátodo en el tubo”, precisó.
En materia de protección catódica existen dos tipos: la de ánodos de sacrificio y la de corriente impresa. La primera consiste en conectar un material (aluminio o zinc) que tiene una electronegatividad mayor, pero que se desgasta, y la segunda en instalar rectificadores con un sistema de alimentación de corriente.
La importancia de operar con seguridad
No existe el diseño perfecto de protección de ductos, ya que la aislación (pintura epóxica o tricapa) puede degradarse y entrar en contacto con el electrolito, señala Carlos Cabrera.
Sin embargo, para conocer si la aislación y la soldadura es la correcta, y si la protección catódica está trabajando correctamente, se realiza una inspección interna, y para ellos existen varias opciones, la más moderna: el “smart pig”o “chanchos inteligentes”.
“Hay del tipo ultrasónico o del tipo magnético. En el caso del ultrasonido generan ondas y escanean desde adentro hacia afuera y eso se puede hacer con el ducto en operación utilizando el mismo fluido para que genere un empuje.
Y como tiene múltiples sensores o palpadores, en cuestión de milisegundos toma datos y brinda información de los lugares donde existen pérdidas de espesor”, indicó.
De acuerdo con el especialista, se deben tomar en cuenta las normas existentes para establecer riesgos de “pinchadura”, de fuga o de capacidad de contener fluidos. “Estoy obligado a tomar alguna acción, como un mantenimiento preventivo que puede ser encamisar, sacar el ducto de servicio o tal vez cambiar un tramo, y para ello existen las técnicas como Hot Tap o Line Stop”, acotó.
Expresó que todas estas gestiones están basadas en las normas existentes. “No necesito inventarme nada, yo tengo las referencias, que en algunos casos son mandatorias y en otros simplemente son guías de referencia, pero me permiten tener la confiabilidad de que estoy operando un ducto de modo seguro”, aseveró.
