Sugieren aplanar la curva de entrega del gas, disminuyendo el pico de invierno y subir el de verano. Esto permitiría tener mayor flexibilidad en la entrega y evitar multas. El precio de oportunidad es el costo del gas de Vaca Muerta.
Al finalizar la Segunda Guerra Mundial, los aliados instituyeron un plan de reconstrucción llamado el Plan Marshall utilizando petróleo a bajo precio. Rusia, la entonces Unión Soviética no se sumó a esa política y más bien tendió el primer gasoducto de larga distancia en su territorio para abastecer de gas a su mercado. Casi simultáneamente la Argentina tendió el gasoducto de Buenos Aires a Comodoro Rivadavia.
Los noticieros de aquellos años muestran al General Perón, entonces Coronel, inaugurando la construcción y haciendo piruetas para no ensuciar sus elegantes y brillantes botas porque el día era lluvioso. Así se inició el mercado del país más gasificado de América Latina, que es el que actualmente nos ocupa, dijo el analista energético y ex superintendente de Hidrocarburos, Carlos Miranda al referirse a la “situación especial” en que se encuentran Bolivia y Argentina tras encontrarse a poco tiempo de firmar la nueva Adenda. “Bolivia exporta muy preocupada porque sus reservas disminuyen y no ha podido incrementarlas y necesita los ingresos. Argentina no tiene suficiente gas para abastecer su consumo y tiene que importar, pero las importaciones no son bienvenidas.
Argentina viene abrazando la ilusión hace tres gobiernos que Vaca Muerta no solo sustituirá los déficits de consumo nacional, sino también será una fuente importante de exportación. Lamentablemente, para Argentina, la producción de Vaca Muerta está lejos de cubrir esos requerimientos.
Por lo anterior existe una resistencia a la importación obligada de gas boliviano. Actualmente Bolivia está entregando gas, y Argentina recibiendo bajo lo estipulado en la Cuarta Adenda al Contrato de Venta de Gas suscrito el 2006.
Este contrato no solo es antiguo, sino que fue suscrito para diferentes condiciones en ambos países. Argentina debía construir un gasoducto, el Gasoducto del Norte Argentino (GNE). Nosotros hemos adecuado las instalaciones en la frontera a un costo de ‡ 100 millones de dólares.
Ambos proyectos están paralizados. Es importante y urgente que ambos países efectúen una revisión de los términos de ese documento.
En ese contexto, el analista en energías, Francesco Zaratti manifestó que una de las tareas pendientes para las autoridades del próximo Gobierno es la renovación de la Adenda, para lo cual hay dos aspectos que deberían negociarse con prioridad.
Primero: aplanar la curva de entrega del gas, disminuyendo el pico de invierno (18-20 MMmcd) y subiendo el de verano (10-12 MMmcd). Eso nos permite tener mayor flexibilidad en la entrega y evitar multas, aseguró el analista.
Segundo: exigir pagos puntuales de las facturas. Por la situación económica crítica de Argentina los retrasos en el pago han superado los tres meses, y esa tendencia podría agravarse en los próximos meses, añadió.
No obstante, el experto en energías considera que no existe mucho margen de negociación, a no ser que se entregue el gas en función de las disponibilidades de YPFB a lo largo del año, y no en meses específicos y, recibir los pagos puntualmente.
Zaratti indicó que se pueden realizar ajustes a la Adenda, en función de los nuevos compromisos de entrega, “pero espero que no se modifique la fórmula de precios, debido a la caída del precio de los hidrocarburos en el mercado internacional. El precio de oportunidad, es el costo del gas de Vaca Muerta”, apuntó.
Por su lado, Pablo Eitner, ex Country Manager de YPF en Bolivia, dijo que debe realizarse un análisis que involucre a YPFB, al Ministerio de Hidrocarburos y a los diversos actores del sector en Bolivia, para buscar alternativas estratégicas y replantear el contexto competitivo frente a los diversos escenarios. Lo que debe contemplar el marco regulatorio, el nivel de reservas, inversiones requeridas, demanda de gas de países limítrofes, oferta y fuente de abastecimiento de esos mismos países y alternativas de exportación más allá de esos países utilizando capacidad de transporte existente mediante swaps.