Entre 2015 y 2018, la producción de gas se redujo de un promedio de 60 millones de metros cúbicos por día (MMm3d) a 50, aunque en diciembre de 2018 la producción alcanzó un promedio de 34 MMm3d.
La exportación de gas a Brasil en 2015 tenía un promedio de 30 MMm3d, mientras que a finales de 2018 sólo alcanzó a 12. La exportación a Argentina también se redujo en el mismo periodo, de 17 MMm3d a 8 MMm3d.
En medio de este escenario complejo, ambos mercados manifestaron su interés de reducir los volúmenes de gas importados desde Bolivia.
Para el presidente del Consejo Nacional de Departamentos Productores de Hidrocarburos (Codephi), Herland Soliz, estas cifras demuestran el fracaso de la política hidrocarburífera del país, así como de la gestión del ministro del área, Luis Alberto Sánchez, quien asumió el cargo a inicios de 2015.
“El señor Ministro de Hidrocarburos ha bajado considerablemente los números; él no debería jactarse de las anteriores gestiones que sí los ha subido, porque él los ha bajado”, dice.
Soliz afirma que, desde 2015, Yacimientos Petrolíferos Fiscales Bolivianos (YPFB) ha firmado más memorándums de entendimiento que en cualquier otro periodo, pero estos acuerdos no se materializaron en contratos serios de venta de gas, pese a que el contrato con Brasil se acerca a su fin.
También hace notar que la exploración no ha tenido resultados positivos durante los últimos 13 años y que las cifras de producción no se modificarán en por lo menos 10 años, puesto que los resultados de esta actividad se ven a largo plazo.
En consecuencia, Soliz propone orientar la política hidrocarburífera hacia tres ejes: a corto, mediano y largo plazo. Señala que a corto plazo, en los próximos tres años, se debe empezar a cambiar la matriz energética con inversiones en energías alternativas, de modo que el uso del gas se reduzca y se destine a la exportación.
A mediano plazo, en los próximos cinco años, señala que se debe invertir en proyectos de mayor envergadura como la hidroeléctrica Rositas que, incluso, permita exportar electricidad. Además, se debe priorizar la inversión en plantas petroquímicas, pero con productos que cuenten con mercados asegurados.
A largo plazo, en los próximos 10 años, Soliz afirma que Bolivia podría disponer de nuevas reservas de gas producto de los trabajos de exploración que se realizan actualmente y que necesariamente deberá haber resuelto el tema marítimo, ya sea por con una salida al Pacífico o al Atlántico, puesto que el actual negocio del gas que se gesta es a través de la exportación de gas natural licuado (GNL).
Fin de ciclo
Por su parte, el especialista en hidrocarburos Hugo del Granado considera que cambió el ciclo de las materias y que por ello el precio del barril de petróleo (WTI) ya no está por encima de los 100 dólares. También señala que los países que eran consumidores hoy son productores: hallaron y desarrollaron reservas.
Ante ese escenario, cuestiona a las autoridades de Gobierno por no haber tomado medidas a futuro adecuadas a las nuevas circunstancias.
Del Granado añade que “el exagerado estatismo del Gobierno en el manejo de los recursos naturales y en su política económica” provocó que los inversionistas alejen su atención de Bolivia, y que las inversiones sean insuficientes para mantener el nivel de reservas y producción.
“Bolivia está demostrando no estar adecuadamente preparada para nuevo ciclo. Lo que deberían hacer las autoridades es manifestar un cambio de actitud y no insistir más bien con declaraciones que demuestran un gran entusiasmo de un futuro que no es creíble”, indica.
Del Granado considera que, al mantener la política instaurada en 2006, el sector hidrocarburos no cambiará de rumbo, los resultados serán los mismos y el país continuará agotando “lo poco que le queda” de reservas de gas, lo que profundizará la crisis.
Ante esta situación, el especialista propone cambiar la política estatista del Gobierno, abrir mercados, flexibilizar el régimen fiscal, adecuar la estructura jurídica del marco legal, crear un nivel regulatorio independiente y técnicamente capaz que permita a los inversores tener mayor seguridad de invertir con un árbitro imparcial.
PRONOSTICAN UN 2019 COMPLICADO
El exministro de Hidrocarburos, Álvaro Ríos, considera que la gestión 2019, en materia de exportación de gas, que es lo fundamental para el país, será complicada, principalmente porque queda por negociar contratos con empresas privadas y con Petrobras (Brasil) e IESA (Argentina).
“También queda esperar los resultados de la exploración para saber qué nivel de reservas y producción se tienen para negociar. Habrá que cruzar los dedos”, agregó.
Ríos dice que las bajas nominaciones de gas que realizan Brasil y Argentina, que registran incremento de producción, podrían continuar en 2019.
PROPONEN CAMBIAR ESTRATEGIA DE YPFB
El especialista en hidrocarburos, Hugo del Granado, considera necesario cambiar la estrategia comercial de YPFB y dejar de lado la subscripción de actas de entendimiento y buena voluntad que no cierran nuevos contratos de exportación de gas.
Sostiene que la estatal petrolera debe demostrar documentalmente las condiciones de las reservas de gas de Bolivia para negociar nuevos mercados, sin embargo, señala que la no publicación del último estudio de cuantificación y certificación de reservas “es una mala señal de la seriedad con la que puedan estar respaldado estos estudios”.
DATOS
Suman crítica al proyecto de la urea. La Secretaría de Hidrocarburos de la Gobernación de Santa Cruz señala que la operación de la planta de urea y amoniaco tiene 20 por ciento con relación a su capacidad máxima, que es de 2.100 TM/D.
Regalías superan los Bs 870 MM en 2018. Entre enero y diciembre de 2018, las regalías por producción de hidrocarburos que recibieron los departamentos productores alcanzaron a 874.143.642 bolivianos. Este monto incluye los recursos descongelados por la producción de Incahuasi.
En 2018 volvió a caer la producción de gas. La producción de gas en la gestión 2018 alcanzó un promedio de 50,90 MMm3d. Se trata del volumen más bajo en los últimos cinco años, pues en 2014 el promedio fue de 59,30 MMm3d; fue el mejor año de la historia.
YPFB pretende aumentar las conexiones de gas. La estatal petrolera tiene previsto alcanzar el millón de conexiones a gas domiciliario en la gestión 2019. Se alcanzaría al 65 por ciento de la población beneficiada con este servicio.
DESARROLLO DE ARGENTINA Y BRASIL COMPLICA A BOLIVIAR
Las reservas de gas con las que cuenta Argentina sólo en el yacimiento Vaca Muerta ascienden a 500 trillones de pies cúbicos (TCF), mientras que las reservas de Brasil, en el Presal, alcanzan a 800 TCF. Ante ese desarrollo, ambos países dejan de depender, de modo paulatino, del gas importado desde Bolivia.
Sin embargo, el presidente del Consejo Nacional de Departamentos Productores de Hidrocarburos (Codephi), Herland Soliz, considera que el poco interés de esos mercados en el gas boliviano se debe también a los incumplimientos que registra YPFB en el envío de volúmenes de 2015.
Además, Soliz dice que otro factor que genera desconfianza en dichos países es la cantidad de reservas de Bolivia, puesto que la última certificación fue en realidad una evaluación de reservas.
YACIMIENTOS APUESTA POR LA INTERNACIONALIZACIÓNR
Ante el nuevo escenario del mercado del gas, en el que las negociaciones ya no se realizan de Estado a Estado, Yacimientos Petrolíferos Fiscales Bolivianos (YPFB) asumió una política de internacionalización con la finalidad de buscar una participación activa en el mercado brasileño y argentino, donde las negociaciones se efectuarán con actores privados, informa el presidente de la estatal petrolera, Óscar Barriga.
“Vamos a buscar una diversificación de nuestros clientes, buscando valorizar mejor nuestro gas”, declara Barriga, y agrega que YPFB ya entró en contacto directo con las distribuidoras de Brasil con la finalidad de diversificar clientes y ganar, en esa cadena de distribución, una parte de las utilidades.
Añade que esa política se aplicará en el mercado argentino y paraguayo.
OPINIÓN
Álvaro Ríos. Exministro de Hidrocarburos
“Las reservas y capacidad de producción de gas natural están en caída”
Bolivia tiene un gran potencial gasífero en una zona tradicional, geológicamente madura y de alta competitividad. Además, cuenta con una infraestructura desarrollada para cubrir su mercado interno y los de exportación a Brasil y Argentina. Esas son sus ventajas.
Las reservas (P1, P2 y P3) y capacidad de producción de gas natural están en caída —de 60 a 54 millones de metros cúbicos por día (MMm3d)— entre 2014 a 2018 debido a que la exploración ha estado bastante detenida por los últimos 10 a 12 años.
En 2016 se ha introducido algunos incentivos que están detonando algo de nueva exploración entre 2017 y 2021 en una zona muy tradicional y con mucha infraestructura y con gran productividad. Se deben esperar los resultados y Boyui es un ejemplo de esta nueva realidad. Los primeros resultados se verán a partir de 2019 y vamos a cruzar los dedos para que la geología resulte favorable.
El contrato Bolivia-Brasil está pronto a vencer en 2019/2020 y esto implica serias negociaciones en los próximos dos años con Petrobras y agentes privados. Brasil tiene nueva producción en camino del Presal y también oferta de GNL para las termoeléctricas y es definitivamente competencia para el gas de Bolivia.
El contrato con Argentina fue firmado en 2006 y concluye en 2026 y ha tenido muchas particularidades e incumplimientos de ambos lados, y Argentina ha planteado su revisión con diferentes volúmenes y precios, principalmente por la nueva producción en Vaca Muerta y los suministros del GNL.
(Los Tiempos)