El Estado le devolverá a Repsol al menos 130 millones de dólares por la perforación del pozo Boyuy X-2, debido a que está dentro del área Caipipendi, que es operada por esa compañía y sus socios. Si se trataba de un contrato independiente, las operadoras habrían asumido el riesgo, lo que hubiese evitado el gasto, afirmaron expertos del área.
El investigador de la Fundación Jubileo Raúl Velásquez explicó que la perforación del pozo ubicado en Tarija requirió una inversión aproximada de 130 millones de dólares por parte del titular del contrato (Repsol Bolivia, Shell Bolivia y PAE).
“En el marco de lo establecido en el Anexo D de los contratos de operación, (los gastos) serían presentados como un costo recuperable, dado que se trata de un área, en este caso Caipipendi, que se encuentra con dos campos en producción (Margarita y Huacaya)”, precisó el investigador de la fundación.
Velásquez sostuvo que la actividad exploratoria en el área de hidrocarburos se caracteriza por un alto riesgo, ya que las probabilidades de encontrar recursos en la zona tradicional (Cochabamba, Chuquisaca, Santa Cruz y Tarija) promedian el 30% y resulta normal en el sector que haya fracasos exploratorios.
Sin embargo, resaltó que el problema se hace complejo cuando estas actividades de exploración se las ejecuta “a contrarreloj” y en un contexto de caída de producción, como resultado de la falta de exploración durante más de una década.
“La situación empeora si son las mismas autoridades del sector las que han generado una falsa expectativa, anunciando anticipadamente posibles reservas, incremento de producción e ingresos adicionales por renta petrolera de un hidrocarburo que aún no ha sido encontrado”, consideró Velásquez.
En ese contexto, mencionó que desde hace más de seis años, tanto el Ministerio de Hidrocarburos como Yacimientos Petrolíferos Fiscales Bolivianos (YPFB) llevan a cabo una serie de anuncios sobre la existencia de hidrocarburos e incluso estiman ingresos por regalías para las regiones, sin siquiera haber iniciado la perforación de un pozo.
Para el analista Hugo del Granado, la petrolera del Estado tendrá que devolver el gasto en el que incurrió la operadora Repsol y sus socios. De acuerdo con sus cálculos, éste oscilará entre los 130 y 150 millones de dólares.
“Es bueno explicar que se tendrá que devolver la inversión como costo recuperable, porque Boyuy no tiene contrato independiente, sino que es parte del bloque Caipipendi”, declaró.
En su criterio, el Gobierno no puede afirmar que la exploración de Boyuy sirvió para obtener información y ganar experiencia geológica del área, ya que ese trabajo se lo habría logrado con menores recursos, por lo que la perforación fue cara al superar los 130 millones de dólares.
El exministro de Hidrocarburos Álvaro Ríos indicó que la perforación de ningún pozo exploratorio puede ser calificada de fracaso, porque hay ganancia geológica y en este caso sobre un nuevo concepto del área referente al Huamampampa profundo.
“El pozo no produjo comercialmente, como muchos otros, y punto. Es un pozo caro debido a la profundidad y dificultad geológica. Boyuy está dentro del contrato del bloque Caipipendi y, por lo que entiendo, es un costo recuperable. La palabra final la tienen YPFB y Repsol”, dijo.
Costos recuperables
El concepto de costos recuperables está definido en los contratos vigentes desde mayo de 2007, como los “costos incurridos y reportados por el titular y aprobados por YPFB conforme al procedimiento financiero y contable”.
El procedimiento figura como Anexo D de los contratos. Una vez aprobados, deben ser reembolsados por YPFB a las petroleras y luego auditados.
De acuerdo con la modalidad establecida, las petroleras son retribuidas por YPFB con una participación en las utilidades, que es variable para cada contrato y además con el reembolso de los costos (opex, gastos de operación) e inversiones (capex, costos de inversión), en que hayan incurrido.
YPFB dejó de publicar en su página web los reportes de costos recuperables y a la fecha se desconoce cuánto se devolvió a las operadoras petroleras que tienen contratos con Bolivia. Hasta 2012, las publicaciones fueron irregulares.
La Ley 3740 de agosto de 2007 establece que YPFB está obligado a publicar cada semestre toda la información referida a los costos recuperables y al cálculo de su participación, en su web y a través de comunicados oficiales.
YPFB afirma que el pozo es “descubridor” de estructuras
Yacimientos Petrolíferos Fiscales Bolivianos (YPFB) comunicó ayer que Boyuy X-2 se convirtió en un pozo “descubridor” y que su perforación habilita la exploración de dos megaestructuras gasíferas ubicadas en el bloque Caipipendi y el área Iñiguazu. Aclaró que para su cuantificación y posterior explotación se deben perforar nuevos pozos exploratorios.
El gerente de Administración Técnica, Exploración y Desarrollo de YPFB, Javier Esquivel, señaló, a través de un comunicado, que a una profundidad cercana a los 8.000 metros se encontró el reservorio Huamampampa profundo, que hasta la fecha no había sido investigado y se descubrió gas donde ningún análisis previo indicaba la presencia de hidrocarburos en las condiciones físico-químicas como las descubiertas por el pozo Boyuy.
“En Bolivia, estadísticamente, de cada cinco pozos exploratorios perforados, uno llega a ser considerado descubridor. En términos técnicos, esto ubica al pozo Boyuy X-2 como un éxito exploratorio con 100% de efectividad, al ser el primer pozo en el área y descubridor de gas al mismo tiempo”, se lee en la nota.
En criterio de Esquivel, para convertir estas dos áreas en megacampos, los operadores recomiendan realizar mayores trabajos, más inversión y la perforación de nuevos pozos.
Con base en esa explicación, el pozo cumple su etapa de “descubridor” de gas para dar inicio a nuevas perforaciones de exploración y posterior desarrollo de Iñiguazu y Caipipendi. Esquivel dijo que lo que se viene en Boyuy son operaciones rutinarias.
(Página Siete)