Los 16 días de paro cívico y los tres de resguardo a las instituciones del Estado, que se realiza en el país, ya empieza a pasar factura a algunos sectores de la población y surtidores de la ciudad.
En un recorrido por la capital cruceña se evidenció que los vecinos de los barrios periféricos tuvieron que salir, llevando sus garrafas en carretillas, a algún punto de bloqueo para dar alcance a los camiones que llegan al lugar con el GLP.
“En las pocas tiendas que venden gas te están cobrando hasta Bs 80 y eso para nosotros es mucha plata”, lamentó María que, desde las 8:00, hizo fila por la avenida Santos Dumont para que, al mediodía, pueda conseguir dos garrafas de GLP.
En el recorrido se observó que la comercialización de combustible líquido tampoco es normal, debido a que, en varios surtidores, no se vende el energético.
Desde la Refinería de YPFB en Palmasola informaron que, desde hace tres días, no se realiza ningún trabajo. Por ello, una veintena de camiones cisternas está varado sin poder cargar combustible.
(El Deber)