Anticipan la necesidad de una nueva Ley Minera para regular el crecimiento descontrolado de cooperativas mineras, promover la minería estatal y privada, y asegurar beneficios económicos y ambientales. La falta de regulación adecuada ha llevado a un aprovechamiento limitado de recursos como el oro, el zinc y el litio, poniendo en riesgo el futuro del sector.
Uno de los retos a los que se enfrenta la minería en el país es adecuar el marco normativo para evitar la explotación minera ilegal. “La actual normativa derivó en un hecho concreto, el fomento al crecimiento de las cooperativas mineras, que, hasta el tercer trimestre del año pasado, acaparan el 55,5% del valor total de nuestra producción minera, se extendieron por todo el país explotando toda la gama de minerales, lograron un dominio en la producción de oro y son las que generan más empleo en el sector, 9 de cada 10 empleos en el rubro minero lo genera este subsector, obviamente en las condiciones precarias que todos conocemos”, aseveró Alfredo Zaconeta Torrico, investigador del Centro de Estudios para el Desarrollo Laboral y Agrario – CEDLA.
Señaló que urge cambiar la actual normativa, porque con ella se promovió la expansión cooperativista. “Queda expuesto que las actuales normativas como la Ley Minera, no respondieron, ni responden al actual contexto minero, no se aprovechó la coyuntura de buenos precios, no se diversificó nuestra minería, ni tampoco se llegó a la industrialización de la misma”, añadió.
De acuerdo con Zaconeta, las nuevas normas deben fomentar el crecimiento de la minería estatal, la inversión privada y la industrialización, en condiciones que beneficien a la economía y respeten el medio ambiente. “Debe elaborarse y consensuarse una nueva Ley Minera, acorde a los actuales tiempos, que delimite alcances y facultades de los operadores mineros, empero, que también considere las demandas de los afectados. El fracaso de la Ley 535 fue porque solo tuvo la mirada y voz de los operadores mineros y hoy vemos que eso no funciona”, apuntó.
También debe apuntar a fortalecer a la minería estatal en toda la cadena productiva, con énfasis en la geología, para garantizar en el mediano y largo, de lo contrario estarán empeñando el porvenir de la condición minera del país, advirtió.
Repunte del oro y el zinc
No obstante, las cifras que más destacan en los últimos años, particularmente son las del oro y el zinc.
En el caso del oro que hasta 2022 alcanzó su cifra récord en volumen de producción con 53 toneladas, y un valor de $US 3.073 millones, sin embargo, por la falta de una política acorde el beneficio es ínfimo, de apenas $US 63 millones por concepto de regalías. “El oro en Bolivia no paga impuestos”, aseveró.
Con respecto al zinc, el mineral más producido en el país, alcanzó 517.523 toneladas en la gestión 2022. “Desaprovechamos esta oportunidad, porque el 99% de la misma sale exportada en calidad de concentrada, sin que logremos su industrialización o refinación, para así aprovechar los minerales valiosos que vienen junto al zinc, como el indio”, remarcó Zaconeta a tiempo de indicar que por falta de una política minera acorde a esta coyuntura, no aprovechamos las oportunidades que nos da el oro y el zinc.
Litio
Por otro lado, el experto señaló que la única forma de impulsar o beneficiar al Estado es a través de regalías para las regiones e impuestos para el Estado, “eso podemos presumir siendo optimistas, considerando que hasta la fecha no existe una Ley del Litio o Recursos Evaporíticos”, dijo.
Sin embargo, apuntó que existe mucha incertidumbre sobre el litio y su manejo, más en la actual gestión de gobierno, donde desde la YLB se optó por el EDL, a través de acuerdos que se amparan en la confidencialidad. Lo concreto en el tema del litio es que apuesta por una tecnología que aún no fue corroborada en su factibilidad a escala industrial, la misma que demandará mucha agua (350 m3 al día), factor que puede incidir negativamente en el sudoeste potosino, concluyó
