2023 año dorado, pero opacado para la minería
La explotación aurífera ilegal y sus conflictos sociales marcaron el año. Así como la salida de las dos empresas mineras privadas más grandes del país. El litio ha perdido el rumbo durante esta gestión 2023.
No ha sido un buen año para la minería, resume el analista e investigador del sector minero, Héctor Córdova, de la Fundación Jubileo tras referirse a la imagen de este sector económico, que de por sí, dice que ya está bastante comprometida, porque se ha visto dañada por la explotación aurífera ilegal.
A esto se suma la salida de las empresas más grandes que operaban en el país, la demora en la refundación de la COMIBOL, la situación económica de la Metalúrgica Vinto, el estancamiento en el proyecto del litio, la presión de las organizaciones auríferas para pagar un impuesto mínimo y para trabajar en áreas protegidas, la vertiginosa caída del precio del carbonato de litio, la intención de montar una planta de procesamiento de zinc en Oruro a un costo muy alto, el continuo deterioro del Cerro Rico por acción de las cooperativas mineras y la aparición de la minería ilegal en el sur del país, señaló el analista.
Los tres actores mineros definidos por la Constitución Política del Estado han tenido comportamientos y rendimientos diferentes durante esta gestión. La Corporación Minera de Bolivia anda a la deriva porque no se da paso a su refundación en el marco de la normativa nueva, en ese trance ha perdido los proyectos del hierro del Mutún y el del litio, dijo Córdova.
La integración de la Metalúrgica Vinto a la corporación es a medias y esto sigue haciendo crecer el conflicto entre Huanuni y la fundición por la devolución de los CEDEIMs; la Metalúrgica atraviesa por un momento crítico que ha hecho declarar a varios analistas que se encuentra en quiebra técnica. Por su parte, Huanuni ha bajado su producción respecto a gestiones anteriores y no termina de poner en marcha el ingenio que solicitaron los trabajadores el año 2007 y que está trabajando a media máquina desde hace años.
Colquiri, también, ha bajado su producción y ha decidido invertir sus excedentes en la construcción de una planta de procesamiento de minerales de capacidad de 2000 TPD, cuando lo que se precisa en esa empresa es una planta que procese el concentrado de zinc para generar buenas utilidades y evitar transferir riqueza al extranjero. Karachipampa, a horcajadas entre proyecto y empresa, requiere de una cirugía mayor para cumplir el rol encomendado.
Córdova recordó que este año las empresas Sumitomo y Glencore se alejaron y dejaron en su lugar a dos empresas más pequeñas que deben hacer grandes inversiones para sostener la operación y el nivel productivo que tuvieron las que se alejaron. La salida de estas empresas grandes es un mensaje internacional perjudicial para la imagen del país. Sólo se ha visto la consolidación de la presencia de una empresa privada internacional, nueva.
New Pacific ha comenzado un proceso de exploración hace más de 5 años en la zona de Colavi en Potosí, y ha dirigido su atención, luego de obtener buenos resultados, a otra área en Oruro donde, hasta el momento, hay buenas perspectivas.
Las cooperativas, prácticamente, han consolidado su división entre auríferas y tradicionales. El pedido formal de la constitución de una nueva organización para las auríferas, aunque no ha sido respondido positivamente, todavía, tiende a materializarse, por la fuerza que tiene el sector. Mientras las cooperativas tradicionales han mantenido sus niveles de producción, las auríferas siguen aumentándolos. Se ha visto dos veces la movilización de las cooperativas auríferas hacia la ciudad de La Paz para presionar por sus pedidos sectoriales: pago de un impuesto mínimo para que sea administrado por el gobierno, respeto de “derechos preconstituidos” en áreas protegidas y reconocimiento de su organización.
La ley del oro, aprobada bajo presión, sólo cumple la mitad de su función, la venta de reservas del oro de las reservas; la compra de oro de las cooperativas no puede materializarse por varios factores que hacen poco competitiva esa operación.
Procesar el mineral de zinc en el país es urgente, rescató Córdova. Es el mineral más abundante de las exportaciones mineras y con él se van muchos acompañantes valiosos por los que los compradores no pagan, recuperarlos aumentará significativamente los ingresos nacionales. Desde el año 2010, el gobierno ha intentado montar plantas procesadoras de estos minerales; pero no ha conseguido dar el paso siguiente. Este año, se avanzó en el financiamiento chino de una de las plantas; pero el costo programado de una de ellas parece muy elevado cuando se lo compara con el de un proyecto que manejó la COMIBOL hace unos 3 años; pues, para la misma capacidad, el de la COMIBOL costaría 150 millones de dólares; mientras que el del gobierno cuesta 350 millones. Se ha cuestionado la vinculación de la empresa supervisora con la constructora en la adjudicación que se dio este año.
El litio ha perdido el rumbo durante la gestión 2023. El gobierno ha intentado asociarse con empresas chinas y rusa para explotar los salares; pero la ley del litio que le permitiría estas alianzas todavía no ha sido aprobada.
Adormecer la tecnología que se estuvo usando para obtener la materia prima, para alimentar las plantas de cloruro de potasio y de carbonato de litio, fue una decisión que comprometió el funcionamiento de estas dos plantas.
Apostar por la extracción directa de litio, sin pasar por la evaporación en piscinas es una apuesta arriesgada. No hay plantas en el mundo que trabajen con esas tecnologías y no se conocen los impactos ambientales, energéticos y económicos de estas tecnologías sugirió Córdova.
Si se aprobara la ley del litio, el gobierno podrá firmar contratos con las interesadas para operar las salmueras de los salares. Durante la gestión 2024 se empezaría la construcción de las plantas; debería haber, plantas piloto para ver la operatividad de las tecnologías.
En este año que termina, el precio del carbonato de litio cayó permanentemente y ahora se cotiza en la séptima parte de un año atrás. La tendencia debe ser siempre a añadir valor que nos aleje de esas subidas y bajadas para asegurar un futuro más estable, aseguró el investigador de Fundación Jubileo.
Lo que tendría que hacerse para mejorar la situación: refundar COMIBOL, convirtiéndola en una verdadera corporación; incentivar la inversión privada, sobre todo, en exploración, centralizar la comercialización de minerales y metales, descentralizar el control del cumplimiento de las obligaciones de los operadores a gobernaciones y municipios, prohibir el uso del mercurio al aire libre, instalar plantas de COMIBOL para procesar preconcentrados de oro de las cooperativas con tecnología limpia; recuperar el control de la explotación aurífera; planificar la explotación de metales denominados críticos para la transición energética por los países industrializados, continuar la operación de las instalaciones de las plantas de YLB que trabajan con evaporación, transparentar los acuerdos con las empresas privadas extranjeras, devolver el proyecto del litio a minería y elaborar un plan estratégico del sector con la participación de todos los actores directa o indirectamente involucrados, explicó Córdova.
Regulación
Por su lado, José Padilla, exsecretario de hidrocarburos y minería de la Gobernación de Santa Cruz y analista minero, señaló que la Ley de Minería 525, no tiene ningún atractivo para desarrollar y traer nuevas inversiones y tecnología para darle un valor agregado a los diferentes minerales en especial a los que necesita el mercado mundial, debido a la guerra Ucrania – Rusia y Israel – Hamas. “Y es el momento adecuado para que el país aproveche el costo de oportunidad y de los precios atractivos para minerales que tiene Bolivia y especialmente en el oriente boliviano, Salar de Uyuni, Mutún”, remarcó.
Pese a estas oportunidades estamos ahuyentando la inversión privada que en este momento actual reflejan niveles catastróficos de Inversión Extranjera Directa (IED) para el país, dijo Padilla.
Es determinante un cambio en la Ley y sus normativas, para lograr una actividad minera formal y desarrollar una nueva ruta de visión de desarrollo minero, con tecnología y valor agregado, para tener una economía estable y capacitación de recursos humanos, en el marco de lo tecnológico, y de ese modo ingresar al mercado internacional de los minerales estratégicos, con precios que atraigan divisas al país, explicó el analista.