Un estudio de la municipalidad de Santa Cruz demostró que el 42% de gases de efecto invernadero provienen del parque automotor. El 30% de los vehículos son antiguos y son utilizados por el transporte público, principalmente.
En las calles y avenidas de Bolivia es común ver a venteros ambulantes, personas en condición de calle y niños limpiando vidrios, que ponen en riesgo su salud por la exposición prolongada a los gases que emiten los vehículos, principalmente dióxido de carbono (CO2), monóxido de carbono (CO), óxidos de nitrógeno (NOx) e hidrocarburos no quemados, principalmente.
De acuerdo con datos de la Cámara Automotor Boliviana (CAB), el parque automotor boliviano, tiene aproximadamente 1,9 millones de unidades, de las cuales el 30% es antiguo, contaminante, obsoleto y además peligroso. Muchas unidades de la más antiguas, prestan servicio público de transporte.
Según la Secretaría Municipal de Medio Ambiente del Gobierno Municipal de Santa Cruz de la Sierra (SMMA), en la capital cruceña se mueven a diario cerca de 500 mil vehículos. De acuerdo a un estudio realizado entre 2015 y 2016, con financiamiento de CAF, sobre la Huella de Carbono en la ciudad, el 42% de las emisiones de gases de efecto invernadero provienen del parque automotor, un 23% de la operación del relleno sanitario y un 16% de la actividad industrial.
“Esto quiere decir que nuestros esfuerzos deben ir orientados a políticas, proyectos, planes y programas que estén orientados a la mejora del transporte masivo”, expresó Diego Rojas, ingeniero ambiental de la SMMA.
Rojas detalló que se realizaron mediciones de partículas PM10 de CO, NOx y O3 (ozono) desde 2015, los cuales han ido incrementándose, pero hasta el momento están dentro de los limites permisivos.
El diámetro de las partículas PM10 varían desde 2,5 y 10 µm (micrómetros o micras). Los límites permisibles que establece la OMS son más exigentes que los que establece la legislación boliviana: por ejemplo para el PM10, se establece un limite permisible de 150 microgramos por metro cúbico para un periodo del monitoreo de 24 horas”, explicó Diego Rojas.
EL PROBLEMA
Santa Cruz de la Sierra, a diferencia de las ciudades de Cochabamba y La Paz, tiene vientos permanentes en todas las épocas del año, lo que facilita la dispersión de los gases contaminantes. Sin embargo, para la capa de ozono, esa no es una ventaja muy valiosa.
En Bolivia está pendiente la adopción de la Norma Euro IV sobre emisiones vehiculares contaminantes, que debió implementarse a partir de 2016, pero no se aplicó debido a que las refinerías no producen combustible de 97 octanos con sus respectivas características y composición.
El gerente General de la CAB, Luis Orlando Encinas, precisó que esta falencia impide la importación de vehículos fabricados bajo esta norma, a pesar que es obsoleta, ya que desde 2010 está en vigencia la Euro V.
“Bolivia se ve muy limitada en la importación de vehículos eficientes y no contaminantes, porque los fabricantes no quieren producir vehículos para el país, ya que los combustibles no les permite seguir extendiendo las garantías de fábrica por la calidad limitada de los combustibles”, lamentó Encinas, al precisar que el octanaje tiene que ver con el daño que se produce en los motores, y la composición química tiene que ver con la contaminación ambiental por la combustión.
“Es muy positivo el avance que están llevando adelante nuestras autoridades de los Ministerios de Hidrocarburos, Economía, la ANH y YPFB, por combinar no solamente la necesidad de adecuación de los combustibles a las exigencias de las tecnologías, sino que también están combinando en la gestión, una ecuación muy inteligente de cortar la fuga de divisas que generaba la compra al exterior de los aditivos, reemplazando por aditivos verdes que son comprados a bolivianos (sector cañero) y en moneda boliviana”, añadió Encinas.
El problema de los vehículos antiguos
Para Luis Encinas, las autoridades bolivianas deberían tener un control más riguroso en la importación de vehículos antiguos, ya que pese a que existen normas que prohíben la importación de vehículos pequeños con más de un año de antigüedad, 3 años para camiones y 5 para tracto-camiones, siguen ingresando vehículos que vulneran esas normas.
“Adicionalmente, existen pruebas que, a través de la zona fronteriza de Tarapacá y Parinacota, ingresan al país aproximadamente 25.000 vehículos de contrabando. Esto podría cortarse radicalmente cortando el suministro de combustible a estos vehículos ‘chutos’ que transitan por zonas muy conocidas, como Chapare, Vallegrande, los departamentos de Oruro, Potosí y algunos municipios de La Paz, inclusive prestando servicio público”, acotó Luis Encinas.
El ejecutivo consideró que cortando el suministro de combustible a estos vehículos, se cortaría radicalmente el contrabando y se disminuiría radicalmente la subvención de millones de litros de gasolina subvencionada que se les vende mediante bidones y turriles. “Bolivia, siendo un país que no tiene fábricas de vehículos y que no tiene que defender la industria nacional, tiene los tributos e impuestos más altos para importarlos”, expresó.
En enero, el Gobierno se propuso para el presente año, implementar la norma Euro IV, de acuerdo con la Ley 821. Para ello, se intensifica la producción de biocombustibles, como el alcohol anhidro (etanol) y el biodiésel, el primero que ya actúa como aditivo de la gasolina de 92 octanos.
“Esto va implicar la aplicación de mayor cantidad de etanol que el 12% que tiene el etanol 92 y, por supuesto, este combustible va a requerir motores dedicados a esta calidad y cualidad de combustible. Va ser necesario importar vehículos FLEX, que son vehículos con características de tolerancia mayor de alcohol en la composición de sus metales y empaquetaduras, por lo que tendrá que implementarse un sistema de incentivos para poder renovar el parque automotor que también permita cortar radicalmente las subvenciones existentes”, puntualizó.
Al mismo tiempo precisó que se tendrá que observar los impuestos municipales que también constituyen a Bolivia en un “mundo al revés”, que cobra impuestos altos al vehículo nuevo y favorece al vehículo contaminante y peligroso.
Es muy importante también controlar el ingreso al país de automóviles importados por terceros que no tienen representación de fabricantes, que compran vehículos de países árabes”, sostuvo el gerente de la Cámara Automotor Boliviana.
OPINIÓN
Gerente Nacional de Autokorp
La implementación de la Norma Euro IV, en general, beneficia en muchos aspectos al sector automotriz, ya que permite que ingresen al mercado local vehículos con tecnología de punta que permiten tener un mayor rendimiento y eficiencia. Esto significa que el consumidor podrá optar por vehículos con menor consumo de combustible y más amigables con el medio ambiente.
La implementación de esta norma debería aplicarse de forma progresiva, dado que muchos distribuidores cuentan con amplio stock de unidades que aún no están adecuadas a la norma, representando esto una amenaza en caso de aplicar la norma sin considerar los plazos necesarios para la colocación de estas unidades en el mercado.
La calidad del combustible boliviano limita la oferta de modelos disponibles en el mercado internacional, ya que no ha logrado ajustarse a los estándares requeridos por los vehículos de última generación que están enfocados a mercados de países desarrollados.
Los fabricantes de las diferentes marcas en general optaron por reducir el abanico de modelos disponibles para el mercado boliviano por los resultados en el funcionamiento de los motores y en términos de cubrir las garantías de uso.
El ser humano ha despertado conciencia acerca de la importancia de mantener el medio ambiente, inexorablemente los países del mundo tendrán que plegarse a las normas que cada día serán más estrictas por el bien del planeta y de todos los seres vivos.
