GAS Y PETRÓLEO

El efecto precio duplicó el costo de la subvención

Los analistas explican que el fenómeno precio es consecuencia de la guerra entre Rusia y Ucrania, el costo de los combustibles se incrementó en los mercados internacionales.

Un reporte del Instituto Boliviano de Comercio Exterior (IBCE), indicó que la importación de combustibles subió un 94 % en valor y solo un 12 % en volumen, esta variación se debe al efecto precio, lo que implicó un incremento (142%) a la subvención a los carburantes, de $us 714 millones en 2021, a $us 1.731 millones en 2022, por lo que, en términos de presupuesto, el país gastó casi el doble de lo que tenía programado para financiar la importación de diésel y gasolina en 2022.

Los analistas explican que este fenómeno es consecuencia de la guerra entre Rusia y Ucrania, los precios de los alimentos, la energía y los combustibles se incrementaron en los mercados internacionales, incluso se duplicaron.

Jorge Ángel Aguilera, analista energético, dijo que era fácil deducir que el precio internacional del petróleo tuvo una participación importante en este incremento, ya que el costo promedio del WTI en el 2021 fue de 68.13 $Us/Bbl, mientras que el 2022 cotizó en 94.9 $Us/Bbl.

“En 2022 gastamos el doble del año anterior en importación, porque el precio internacional aumentó considerablemente debido a la guerra en Ucrania y la manipulación de precios en la OPEP con sus recortes de producción y vetos de producción a países con castigos internacionales, nos quedamos de brazos cruzados pagando facturas elevadas sin tomar medidas internas”, aseguró por su lado el presidente de la Society of Petroleum Engineers – SPE Bolivian Section, Oscar Rodríguez.

Sin embargo, Aguilera dijo que los subsidios son muy difíciles de quitar una vez otorgados. “Dar subsidios es una medida popular que aparentemente ayuda a la economía de la gente y limita la inflación, pero es una trampa y un arma de doble filo, ya que alguien tiene que pagar la diferencia entre el precio subsidiado de venta al público y el precio real, y ese alguien es el mismo pueblo, que paga sus impuestos o contribuye de una u otra forma a las arcas del Estado”, apuntó.

ALTERNATIVAS
A decir de Aguilera, existen formas de ir disminuyendo la carga que significa el subsidio, por ejemplo, en el caso de los combustibles, permitir que las distintas empresas petroleras privadas produzcan sus propios combustibles en base a su producción en campo y lo vendan directamente al público en los precios que ellos consideren convenientes, de esta manera, el mercado regulará, castigará o premiará la relación calidad/precio; en un inicio, esta liberación podría darse para gasolinas de alto octanaje, por ejemplo, a manera de globo de ensayo, permitiendo después que la producción abarque otros productos.

Por su parte, Rodríguez remarcó que la economía boliviana es muy sensible al precio del combustible, y propone “medidas de interés estratégico y crítico de Estado inmediato”.

Para ello, dijo que se debe acudir a la reingeniería de la cadena de suministro, mejorar la logística y mejorar las técnicas de ingeniería petrolera en la producción de campos maduros.
Asimismo, dijo que era importante combatir como “delito gravísimo” el contrabando de combustible al exterior en las fronteras. “Ponerse manos a la obra con todo el aparato estatal y que no salga 1 litro de combustible boliviano al extranjero”, enfatizó.

Del mismo modo, remarcó la importancia del aumento de la producción de campos maduros con tecnologías de recuperación mejorada y una mejora sustancial al precio pagado en Bolivia de $us 27 el barril a por lo menos el doble, para incentivar a las operadoras el aumento de producción, y que el beneficio para la operadoras este rondando el 20% de utilidades líquidas. “Ni pagando el triple hoy se llega a los precios finales de importación que paga Bolivia en estos momentos por combustible importado”, aclaró el presidente de la SPE.

Indicó que se deben ejecutar proyectos de energía renovable de inmediato, instalar megaparques solares donde más se necesita y disminuir el consumo de los ciclos combinados en Bolivia para generar mayor gas de exportación, aprovechar los excelentes precios internacionales de la actualidad.
Además, dijo que se debe trabajar en la importación de volúmenes importantes de diésel desde Argentina a través de los ductos, una idea que ya se planteó. “Se debe trabajar en lo que impide técnicamente, tales como los cambios para adecuación de ductos y la contaminación de producto, se puede solucionar con Ingeniería y baches limpiadores de ducto”, explicó.

Así también remarcó la importancia del transporte del eje troncal de toda mercadería y combustible en la red de trenes que ya está habilitada. Así se disminuye el consumo interno y desmesurado de diésel por camiones en el territorio nacional realizando viajes que le corresponden a la red ferroviaria Nacional.
Un aspecto que enfatizó Rodríguez, es que el presupuesto de exploración de YPFB no sea tocado para alimentar el subsidio. “Todas estas medidas se pueden conseguir sin tocar la subvención. Hay medidas que ya se deben ejecutar en tiempos de escasez de hidrocarburos líquidos y no deben esperar más”, especificó el titular de la SPE.

Por otro lado, el Gobierno comenzó a aplicar una serie de medidas para dejar de depender especialmente del diésel, por ejemplo, la migración hacia otras energías más limpias. Pero también apunta con fuerza a la generación de biodiesel y ya está en marcha la construcción de la primera planta en Santa Cruz. Se espera que opere este año. El mismo presidente de YPFB, Armin Dorgathen, dijo que el 2023 se tendrán los primeros litros de este nuevo carburante ecológico.

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