MEDIO AMBIENTEMINERÍA

En 2018 hubo 1.562 solicitudes para explotar en zonas auríferas

Los altos precios del oro y la falta de empleo  aumentan el interés por la explotación del metal. El año pasado se presentaron 1.562 solicitudes  para obtener permisos  ante la Autoridad Jurisdiccional de Administración Minera (AJAM) para operar en zonas auríferas tradicionales en   La Paz, Beni y Pando.

De acuerdo con los datos oficiales de la AJAM, presentados en su rendición de cuentas, en enero en la ciudad de Oruro, ese número representa el 60% de   2.597 solicitudes de contratos administrativos mineros presentadas en todo el país. 

Para áreas en Potosí y Chuquisaca hubo  383 peticiones; en  Tarija y Tupiza, 322; en Santa Cruz  183  y el resto en otras regiones del país.
 
Para Pablo Poveda, investigador del Centro de Estudios para el Desarrollo Laboral y Agrario (CEDLA),  el agotamiento de yacimientos de minerales tradicionales ocasiona que se masifique  el interés en la  explotación aurífera que incluso desplazó a la producción de castaña en la región del norte amazónico.

“En los yacimientos de las cooperativas mineras tradicionales hay agotamiento de las reservas, las mismas son trabajadas desde la época de la Comibol. Mientras que el oro  se encuentra en los ríos del norte de La Paz, en  la región amazónica. Hasta hace unos años la explotación se concentraban en el norte de La Paz, pero ahora se expandió a Beni y Pando”, explicó.

El norte amazónico se caracterizaba por la producción de castaña y una escasa explotación  de oro. “En 2014 en esa región las exportaciones de castaña registraron 171 millones de dólares, mientras que la producción de oro en los municipios productores de castaña fue 200 millones de dólares, superando la principal actividad tradicional de la región”, observó el experto.

Héctor Córdova, expresidente de la Comibol,  atribuyó el mayor pedido de áreas en La Paz, Beni y Pando  al desempleo y al alza del precio internacional del oro, que actualmente se cotiza en 1.306 dólares la onza troy.

“En Bolivia tenemos muchas limitaciones para generar trabajo digno y sostenible.  Entonces, entre el desempleo y el empleo mal remunerado, los jóvenes, desocupados o subempleados, encuentran en la minería aurífera la mejor salida para obtener riqueza en el corto plazo”, manifestó Córdova.

Los dos expertos apuntaron que la legislación es favorable para la explotación minera en el sector cooperativo aurífero, ya que no se pagan   impuestos, y la regalía es mínima,  1,5% para la explotación de yacimientos marginales. Además, el  combustible está  subvencionado, no se cumple la legislación  ambiental y hay facilidades para obtener crédito, entre otros beneficios que se obtienen del Gobierno.

Esto  aumenta el  interés de las empresas extranjeras en la minería cooperativizada para conformar sociedades y por eso la cantidad de solicitudes. 

“El interés de empresarios extranjeros para obtener contratos mineros de la AJAM de manera directa o a través de las cooperativas mineras, como Tarija, Chuquisaca, Cochabamba y otras, se da en el marco de los altos precios del oro, metal que tiene expectativas al alza”, dijo  Poveda.

(Página Siete)

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