El Acuerdo de París y la descarbonización de Costa Rica (Análisis)
El lunes 25 de Febrero, la prensa local en 3era o 4ta página de sus ediciones y con titulares reducidos reportó que el día anterior, Costa Rica había dado a conocer el Plan de Descarbonización de su economía, indicando que en ese país ya no se utilizaría combustibles fósiles después del 2050, además de otras medidas importantes para cumplir su rol en la preservación del medio ambiente, para atenuación del calentamiento de la tierra, como que se había comprometido en el Acuerdo de París.
Las noticias mostraban cierta timidez, como dando a entender que el Plan era un desafío muy grande para un país pequeño. Pero cuando el lector se entera que Costa Rica, además de ser el escenario natural donde se filmaron las películas sobre el Parque Jurásico, es una nación sin fuerzas armadas desde hace más de 60 años, que tiene una de las legislaciones sociales más avanzadas de América Latina, que 40% de su territorio son parques naturales y que muestra un 45% de área forestal original, se da cuenta que el Plan Nacional de Descarbonización lanzado por el gobierno, es más que un discurso electoral del actual Presidente, Carlos Alvarado, en la ceremonia pública que se dio a conocer el 24 de febrero. Razón por la cual el planteamiento costarricense es felicitado por la comunidad internacional.
En documentación oficial, Costa Rica indica que “aspira a ser una economía moderna, verde, libre de emisiones, resiliente e inclusiva”. “Costa Rica busca inspirar a los actores en todos los niveles para ir mas allá de lo habitual y ser parte de esta transformación positiva, siendo la mejor versión de sí mismo y demostrando que es posible cumplir los compromisos adquiridos en la Agenda 2030 de desarrollo”.
El Plan de Descarbonización propugna la ejecución de actividades a través de 10 ejes para lograr sus objetivos.
En la ejecución de ese Plan Costa Rica se convertirá en un país de consulta sobre las dificultades que ha ido encontrando y como las ha sorteado.
Costa Rica a veces llamada “Atenas de Latinoamérica”, siempre ha estado y estará dispuesta a compartir su experiencia.
De los 10 ejes que contempla el Plan, cuatro son los más destacados: “Transporte movilidad sostenible”, “Energía, construcción sostenible e industria”, “Gestión integral de residuos” y “Agricultura y cambio de uso de suelos” para lograr un país con cero emisiones contaminantes, eliminando el uso de combustibles fósiles. Se espera lograr el 80% de descarbonización para el 2030 y prácticamente el 100% para el 2050. La eliminación del uso de gasolina y diésel está siendo anticipada por la utilización de vehículos eléctricos.
Al presente la política energética boliviana y el Plan de Descarbonización costarricense tienen un área común, con soluciones diferentes. Costa Rica está en el proceso de ir eliminando el uso de gasolina y diésel. Nosotros estamos a la inversa, tratando de asegurar con biocombustibles el que no nos falte gasolina y diésel. Por lo tanto sería muy conveniente que una misión boliviana, que planee la política energética del país, se ponga en estrecho contacto con las autoridades costarricenses para indagar las razones por qué Costa Rica no ha considerado utilizar biocombustibles.
El utilizar etanol y diésel de soya implicaría disminuir nuestra cobertura boscosa para aumentar el área cultivable. No se puede pasar por alto las serias objeciones de la FAO de la ONU que se opone a la implantación de los biocombustibles. En el Plan de Descarbonización se contempla la eliminación gradual de estos combustibles fósiles utilizando vehículos y motores eléctricos. En esta ruta tenemos ventaja por nuestras grandes reservas de litio y presas hidroeléctricas que pueden ser instaladas.
Hasta el presente, tan solo hay otros dos países en desarrollo que han tomado medidas similares al Plan de Descarbonización costarricense, Marruecos y Gabón. Los grandes contaminadores siguen siendo USA, China, India y Rusia. Entre los países desarrollados tenemos el Reino Unido, los Países Bajos y Alemania con campañas también para disminuir la contaminación del medio ambiente. Es razonable esperar que la aspiración costarricense de estimular a otros países a tomar medidas similares sea un hecho y así podamos al 2030, con medidas concretas, disminuir el calentamiento global.