El Hidrógeno Verde, un Elemento clave para la Descarbonización de la Economía
La energía renovable se tendrá que almacenar en Bolivia, en forma gravitacional en reservorios hídricos en altura, en forma electroquímica, baterías o térmica.
Por Erwin Plett, Ingeniero Civil Químico de la Universidad de Chile. Dr. en Ingeniería de Procesos e Ingeniería Térmica. Ha sido nombrado “Embajador del Hidrógeno Verde”.
Desde el Acuerdo de París 2015, del que Bolivia y todos los países Latinoamericanos somos signatarios, nos debe quedar claro que nuestro mayor riesgo no es la actual pandemia del Covid19, ni la recesión económica debido a la paralización de muchas actividades a nivel local y mundial, sino el Cambio Climático Antropogénico. Todo ser humano requiere de energía para vivir y esa proviene de la radiación solar que las plantas acumulan como biomasa mediante la fotosíntesis, y que son la base de nuestros alimentos.
El problema comenzó cuando como sociedad humana descubrimos la “biomasa fosilizada” desde hace muchos cientos de millones de años en forma de carbón, petróleo y gas natural. Ese CO2 capturado por las plantas en esa época y acumulado en el subsuelo es el que se reemite al quemar los hidrocarburos que mueven nuestra moderna economía. Hemos hecho uso y abuso de estas reservas de energía fosilizada quemándola a una velocidad tan vertiginosa, que ahora se nos está acumulando en la atmósfera y aumentando dramáticamente el efecto de gases invernadero. No todos comprenden que el aire no es un recurso infinito (gratuito) y por lo tanto su uso debe tener un precio que la economía tradicional no le asignaba.
La necesidad de descarbonización de la economía.
Esta tierra con su biodiversidad es la que debemos conservar para todas las generaciones venideras. Hoy estamos basando casi todas nuestras actividades económicas en el uso problemático de combustibles fósiles, pero si queremos sobrevivir como especie, tenemos hacer una transición energética a energías renovables. A nivel mundial se están tomando todas las medidas, y muchos países tienen compromisos para ser carbono-neutrales entre el 2040 y 2050 para limitar el aumento global de la temperatura a máximo 1,5°C. Usar electricidad renovable y electrificar muchas aplicaciones de energía es una gran tarea, pero eliminar los combustibles fósiles será una tarea titánica. Es aquí donde el Hidrógeno Verde (y sus derivados energéticos) aparece como un facilitador tan importante que muchos países han elaborado sus propias estrategias nacionales del hidrógeno.
El Hidrógeno Verde como un acumulador de electricidad renovable
Cuando usamos la energía creamos una demanda puntual que es de carácter variable y se satisface con una oferta ajustada. En el caso de la electricidad esa energía normalmente la tenemos acumulada en grandes estanques de petróleo o de gas previo a la generación eléctrica. Al quemar hidrocarburos derrochamos la mayor proporción de esa energía química acumulada: sólo 1/3 será electricidad y 2/3 salen como calor y polución. En un vehículo, el desperdicio de energía es aún mayor, ya que no más de un 25% se convierte en energía cinética para el transporte, y el resto se convierte en calor y emisiones. Lamentablemente no cuestionamos este mal uso, nos hemos acostumbrado desde hace más de un siglo.
Al utilizar energías renovables se nos hace más complejo el panorama por el hecho de ser energías con carácter variable, por lo cual requieren de almacenamiento posterior a su generación para satisfacer una demanda cuya variabilidad nunca coincide con la generación. El nuevo elemento de acumulación intermedia de la electricidad renovable será el Hidrógeno Verde que permite en forma flexible ser utilizado posteriormente tanto para la generación eléctrica como para el reemplazo de los combustibles fósiles.
El potencial renovable
Bolivia es un país bendecido con energías renovables como la solar, eólica, geotérmica, y la hídrica con lo que en algunas décadas podrá no sólo limpiar su matriz eléctrica, sino que toda su canasta energética que está constituida hoy mayormente por combustibles fósiles y con una pequeña porción de electricidad.
También esa electricidad renovable variable se tendrá que almacenar en Bolivia como se realiza a nivel mundial, en forma gravitacional en reservorios hídricos en altura, en forma electroquímica en baterías, o en forma térmica. A ello se le podrá agregar el Hidrógeno Verde y sus derivados energéticos como el amoníaco, el metanol y todos los combustibles sintéticos verdes que permiten su acumulación interestacional, y el transporte convencional en el país y a todo el mundo.
La era del petróleo se acabará mucho antes de que se acabe el recurso. El uso indiscriminado de los hidrocarburos fósiles sólo para la generación de energía es similar a quemar los muebles de la casa para calefaccionar. Los hidrocarburos podrían tener un gran valor agregado si se utilizan inteligentemente como materia prima para una industria química, de polímeros, o farmacéutica, etc.
¿Qué hace Latinoamérica por el Hidrógeno Verde?
En el reciente Congreso H2LAC 2021 se publicó un índice de desarrollo del Hidrógeno Verde el América Latina y el Caribe en que se cuantifica que Chile lidera en la región, seguido por Costa Rica y Brasil. Chile, al ser un país que importa todos sus combustibles fósiles, teniendo un potencial renovable que excede en unas 75 veces toda la potencia eléctrica instalada actualmente, se ha trazado una estrategia nacional del Hidrógeno Verde con lo que pretende crear desde cero una nueva industria sustentable de la magnitud de toda la minería, que hoy provee la mitad de sus exportaciones. Esto lo quiere realizar ya al 2050, comparando que la gran minería que lleva un siglo desarrollándose.
El potencial de recursos energéticos renovables en Chile permitirá generar exportaciones de energía limpia del orden de magnitud del PIB actual, con lo cual la posibilidad de ampliar esta nueva industria en las décadas venideras se ve promisoria y factible.
A nivel mundial el Hidrógeno Verde tiene apoyo de cooperación entre los países, ya que el Cambio Climático Antropogénico no se detiene en las fronteras nacionales. Destacable es el involucramiento directo del Banco Interamericano de Desarrollo y el Banco Mundial para esta nueva industria sustentable que requerirá de cuantiosas inversiones.
Una condición básica para que inversionistas nacionales o internacionales pongan a disposición sus recursos financieros es siempre la confianza, y esa hay que ganársela con hechos. Lo esperanzador es que estamos en una época de mucha cooperación en atención a que sólo unidos saldremos de esta crisis climática, y Bolivia está invitada a aportar en esta campaña mundial.