Por Sergio Arnez Morales, Analista y conferencista del sector energético
El tema del manejo de los residuos sólidos y aguas residuales urbanos es un pilar fundamental en los esfuerzos contra el cambio climático y es de preocupación y atención del mundo entero, debido a que esto implica la reducción de la contaminación y la reducción de la explotación de recursos naturales mediante el reciclado de materiales y el aprovechamiento energético de lo no reciclable.
En Bolivia, la recolección y disposición de los residuos sólidos son una competencia municipal y, lamentablemente, hasta ahora no existe una recolección total y menos un aprovechamiento óptimo de los mismos. Evidencia de esto, son los microbasurales clandestinos y el uso de rellenos sanitarios básicos, lo cual no sólo es primitivo, sino una seria amenaza contra el medio ambiente.
El problema del deficiente manejo de los residuos se debe a que los municipios grandes y chicos piensan en grandes proyectos integrales de manejo de residuos sólidos, los cuales requieren grandes inversiones y los municipios no tienen los recursos para ello, o no están dispuestos a asignarlos, y se quedan allí, haciendo lo mismo de siempre, sin buscar formas alternativas para mejorar.
En el caso de la separación de residuos sólidos para su posterior reciclaje, la población está más que dispuesta a ayudar al medio ambiente separándolos en sus domicilios y lugares de trabajo, pero muchos se desaniman porque ven que aunque ellos lo hagan, el municipio mezcla todo otra vez en el camión basurero.
La solución básica para aprovechar el impulso valiosísimo de la población, en vez de gastar en una planta separadora de altísimo costo, es que los municipios incentiven la entrega de los residuos reciclables limpios al camión en bolsas específicas para ello, que podrían ser de color amarillo para fácil identificación. De esta forma, aunque estas bolsas amarillas entren al camión de basura junto con las otras bolsas, en el lugar de disposición será fácilmente identificables y se recuperara mucho más material que de la forma actual.
Con seguridad el sistema de recolección ideal sería con bolsas para cada tipo de material, pero eso origina mayor complicación, costo y esfuerzo, tanto para el municipio como para el ciudadano, quien está dispuesto a ayudar mientras la cosa sea simple (la experiencia muestra que cuando hay varias opciones de separación, al final todo queda mezclado y contaminado en origen). Es necesario empezar en pequeño para después ir refinando, y no dejar de empezar por buscar tener lo sofisticado.
En Santa Cruz existe la posibilidad de que un vecino pida al municipio bolsas amarillas para sus residuos reciclables y llame después de un tiempo para que las recojan, pero éste es un sistema bueno para un pueblo de tal vez unos cuantos miles de habitantes, pero no para una metrópoli de millones. Es necesario sistematizar el proceso para viabilizar la participación de toda la gente.
También en Santa Cruz existen algunos puntos de acopio de residuos reciclables, los cuales son buenos para depositar volúmenes grandes y visitas puntuales, pero el ciudadano común no tiene tiempo para ir cada semana a esos lugares para dejar sus reciclables que no puede almacenar más tiempo en su casa. De nuevo, se debe hacer la cosa fácil para el ciudadano común.
Una vez separado el material reciclable en el punto de origen y transportado hasta el punto de acopio de residuos en bolsas fácilmente identificables, la recuperación de materiales para reciclaje será mucho más efectiva.
En el caso del aprovechamiento energético, los rellenos sanitarios y lagunas de tratamiento de aguas residuales son grandes emisores de gas metano (componente fundamental del Biogás), el cual es 30 veces más nocivo que el CO2 para la atmósfera y a la vez un gran combustible para motores y turbinas, por lo cual, aprovecharlo en la generación de electricidad es lo adecuado.
Lamentablemente, los proyectos de generación con biogás de rellenos sanitarios o lagunas de tratamiento son económicamente inviables en Bolivia, debido a que la electricidad producida debe ser consumida en sitio y allí no existe la demanda, o debe ser vendida al Sistema Interconectado Nacional que ofrece precios muy bajos. La nueva normativa de Generación Distribuida introduce la figura de generación y consumo remoto para las empresas de servicios públicos y otras, pero contempla la compensación de solamente el cobro por Energía y no del cobro por Potencia, lo cual sigue siendo insuficiente para estos proyectos.
Para solucionar este grave problema que afecta a la sociedad en su conjunto, se le debe dar un trato especial y rápido. Una solución podría ser, por ejemplo, que dado que la generación con biogás tiene potencia firme (controlable), la compensación para este tipo de proyectos en la normativa de Generación Distribuida debería incluir los cargos por Energía y por Potencia.
El tema climático está en un punto crítico para el mundo entero y la contaminación por manejo deficiente de los residuos urbanos en Bolivia también, por lo cual ya no podemos darnos el lujo de seguir como estamos. Ojalá los responsables hagan lo necesario para mejorar, pero de verdad, y no se queden en discursos.