OPINIÓNSergio Arnez Morales

El tiempo se agota para el sector eléctrico boliviano

Desde 2015, Bolivia enfrenta declive en producción y exportación de gas. Según las proyecciones, a 2030 se requerirá importar gas.

Por Sergio Arnez, Analista y conferencista del sector energético

Como se sabe, las reservas, producción, y exportación de gas natural en Bolivia vienen cayendo sostenidamente desde 2015 por falta de exploración, y con ello los ingresos económicos del país, lo cual derivó en la caída de las Reservas Internacionales Netas monetarias, la falta de dólares y el suministro irregular de combustibles líquidos importados (gasolina y diésel), que se evidencian desde 2023. El declive fue anunciado por los analistas del sector hidrocarburos incluso antes de su inicio, pero no se hizo lo necesario para detener la caída.
Para los siguientes años las proyecciones muestran que antes de 2030 se requerirá importar gas para cubrir la demanda interna, es decir en menos de 6 años. Esto implica que a partir de ese momento el precio de este combustible para el mercado interno subirá, pues la lógica indica que el Estado Boliviano no podrá subvencionar este combustible adicional para ponerlo a disposición al precio actual, ya que es evidente que incluso ahora apenas puede con la subvención de la gasolina y diésel.
El Sistema Interconectado Nacional (SIN) es el consumidor más importante de gas natural en el mercado interno, empleándolo para la generación de electricidad a precio subvencionado. Por otro lado, en 2023 el 70% de la generación de electricidad del SIN fue realizada con gas natural y, aun con todos los proyectos de generación renovable en construcción y anunciados en firme por ENDE hasta ahora, el 2030 la generación con gas seguirá siendo alta (50%), si no se hace algo para acelerar la realización de este tipo de proyectos. Hablar del potencial energético y de la visión del sector al 2050 es puro ejercicio académico si no se ven ahora acciones efectivas que mejoren la situación a 2030.
El objetivo a 2030 debiera ser bajar la participación de la generación con gas en el SIN al 20%, el cual es adecuado y alcanzable. Para ello se requiere instalar, además de los proyectos de ENDE, nueva capacidad de generación renovable para producir 650GWh adicionales cada año, para lo cual se requiere instalar 370 MW Solares, ó 185 MW Eólicos, ó 150 MW Biomasa, ó 150 MW Pequeña Hidro, ó una combinación de ellos, cada año.
Dado que la realización de estos proyectos requiere no solo recursos económicos (más de 300MMUSD anuales) sino también humanos, además de aprovechar todas las fuentes energéticas posibles, esperar que la empresa estatal pueda lograr el objetivo actuando sola es una ilusión que derivara en el mismo resultado que tiene hoy el sector hidrocarburos.
Para lograr el objetivo, el Estado debe abrirse a la participación del sector privado, viabilizando sus proyectos de forma parecida a la que viabiliza los proyectos de ENDE (obtiene precios reales no subvencionados para sus proyectos eólicos y solares). Para viabilizarlos obteniendo los mejores precios, el Estado debería aplicar el sistema de subastas de suministro de energia que se está aplicando en muchos países del mundo.
La caída de la producción de gas es tan acelerada, que una vez que alcance el nivel del consumo interno, en 1 año se tendrá que importar prácticamente todo el gas necesario para la generación de electricidad. Esto originará que el costo de generación con gas se incremente de los actuales 35 Sus$/MWh a 90 Su$/MWh, es decir 2.6 veces, considerando el precio del gas a 10 Su$/MMBTU. Considerando que el costo de generación representa actualmente el 40% de la tarifa al consumidor final, esta última se incrementara en casi 70% de un año al otro. Obviamente siempre se puede hacer malabarismos para evitar un incremento de tarifas, pero ello implicaría recortar gastos en ENDE y/o YPFB, como los de mantenimiento, lo cual deriva en el deterioro de los activos y consecuentemente del servicio de suministro de electricidad, como lo conocemos de otros países.
Implementando el sistema de subastas de suministro de energia renovable, el Estado puede viabilizar proyectos privados y públicos de generación renovable y lograr el objetivo citado con incrementos imperceptibles de 5% por año en la tarifa al consumidor final.
Algunas personas del sector eléctrico piensan que la generación con gas debe seguir mas o menos como esta ahora para que las plantas de ciclo combinado instaladas en años recientes puedan pagar su inversión. Las centrales a gas son el respaldo perfecto para la generación renovable, por lo cual es importante mantenerlas operativas con una participación pequeña que igual pagara su costo de inversión, pero operarlas a plena capacidad incluso ahora ya está desangrando al país.
En el Foro “Transicion Energética Bolivia 2050”, realizado en Junio 2024, organizado por el Ministerio de Hidrocarburos y Energia, con la participación de los organismos internacionales de cooperación como CAF, BID, Banco Mundial, PNUD, etc, se concluyó que una de las acciones requeridas para lograr una verdadera transición energética en el sector eléctrico es viabilizar la participación del sector privado mediante el sistema de subastas de suministro de energia.
Sabemos cómo termina la cosa si no se realizan acciones efectivas; ojalá el sector eléctrico no sufra el mismo destino que el sector hidrocarburos.

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