“Es urgente la diversificación productiva en nuestro país” (Entrevista)
El presidente del Colegio de Economistas de Bolivia, Jorge Akamine, brinda un panorama general de la economía boliviana, que está basada en la renta petrolera. Le preocupa el incremento de las deudas interna y externa.
¿Cómo considera que ha evolucionado la economía boliviana el último año y qué aspectos positivos y negativos resaltaría en este periodo?
Los principales indicadores macroeconómicos de la economía boliviana muestran como aspectos positivos una estabilidad en los precios, la inflación acumulada a junio de 2019 alcanzo el 0.65%, un crecimiento económico de 4.5%, el mejor comparado con el desempeño de economías de la región.
Los aspectos negativos están representados por disminución de reservas. Datos oficiales del Banco Central señalan que para mayo de 2019 nuestras Rerservas Internacionales Netas (RIN) están bordeando los 8.241,9 millones de dólares, es decir 2.003,7 millones de dólares menos que los registros al cierre de diciembre 2018.
Un persistente déficit comercial: en el primer trimestre tenemos un saldo comercial negativo en 423 millones de dólares, en el sistema financiero a marzo de 2019 se registra prácticamente un estancamiento en las captaciones y colocación de préstamo, mientras que se registra un leve pero constante incremento en la mora.
Los precios de materias primas tuvieron fluctuaciones discretas respecto a similar periodo de 2018, el barril de petróleo a mayo fluctúa entre 60 y 70 dólares americanos, a la fecha cotiza en 63,54 dólares estadounidenses el barril según la OPEC, mostrando un estancamiento con relación al 2018.
Cinco años consecutivos de déficit fiscal, con una proyección de déficit para este 2019, la gestion 2018 cerró con déficit de 8.3%.
El ministro de Economía, Luis Arce, instó a los gobiernos subnacionales a generar sus propios ingresos a causa de la caída de los ingresos por el gas. ¿Se reducirá aún más la renta petrolera para estos gobiernos?
Creo que la renta petrolera adormeció a los gobiernos subnacionales, es decir como tenían ingresos significativos por coparticipación tributaria y regalías petroleras, desatendieron las gestiones vinculadas a la generación de ingresos propios.
Desde mi punto de vista y gracias a las autonomías, los gobiernos subnacionales deben fortalecer sus secretarías de recaudaciones para no depender de la renta petrolera que, por el contexto actual del sector hidrocarburifico del país, la tendencia es hacia la baja, sustentado sobre la menor demanda de nuestros clientes, la finalización próxima del contrato con Brasil y las lentas negociaciones con potenciales compradores de nuestro gas.
Falta poco para que culmine el contrato de compra-venta de gas con Brasil. Está Bolivia en condiciones de diversificar sus ingresos?
El contexto es complicado para poder concretar nuevos compradores para nuestro gas, pero no imposible. Nuestros compradores han realizado inversiones en exploración y explotación con resultados positivos, es decir ya están o estarán en condiciones de cubrir gran parte de su demanda interna, por lo tanto la demanda que podríamos tener seria mucho menor.
En el escenario de que YPFB pueda concretizar mercados con Estados específicos de Brasil, así como la venta a otras empresas, demandará que la estatal (petrolera) sea manejada de forma eficiente para poder tener una imagen intachable a nivel internacional.
Por otro lado, es urgente la diversificación productiva en nuestro país, en el mediano plazo no se visualiza otros tipos de ingresos que podría dejar la renta petrolera, estamos hablando de tener potencialmente otras actividades que supla los más de 6.000 millones de dólares estadounidenses que dejaría de generar las actividades hidrocarburífieras.
Actualmente tenemos parados o con poco avance megaproyectos que generarían ingresos necesarios para suplir a la renta petrolera, tal es el caso del Litio con el salar de Uyuni y el hierro con el Mutún, además del ambicioso Proyecto Rositas para la generación de energía eléctrica.
¿Cuánto cree que variará el Presupuesto General del Estado hasta fin de año y cuáles son las razones?
La proyección del ingreso es de Bs 214.724,3 Millones. Por la parte de los ingresos corrientes tenemos la recaudación tributaria que conformarían el 24,9% de los ingresos, los ingresos de operación que significarían el 27,2% de los ingresos, de fuentes financieras se proyecta obtener ingresos de un 33,8% del total proyectado.
Mencionar que la evolución de la recaudación de impuestos nacionales prácticamente se estanca en un nivel menor que el alcanzado hace cuatro gestiones. La renta petrolera con tendencia a repetirse de la gestión pasada, la proyección del precio de barril es de 55 dólares estadounidenses, por debajo del precio en la época de bonanza. El incremento en los ingresos proyectados de YPFB bordea el 10%.
Los gastos corrientes se elevan para el 2019 y la inversión pública se contrae en un 14% con relación al año anterior. La inversión pública total prioriza caminos, energía y salud para el 2019. La inversión pública productiva prioriza los sectores extractivos de hidrocarburos y minería.
En tal sentido ¿Cómo terminarán los ingresos versus el gasto en las finanzas fiscales y a cuánto puede ascender el déficit hasta fin de año?
La tendencia de expandir el gasto público, como en los últimos años, resultaría en un déficit de 7,8% para 2019 (según el Programa Fiscal – Financiero), lo que conlleva un mayor endeudamiento.
¿Cómo está la deuda interna y externa y qué medidas se deben adoptar para evitar un hueco fiscal?
El saldo de la Deuda Externa Pública al 31 de mayo de 2019 es de $us 10.302,4 millones y el saldo de la deuda interna a diciembre 2018 alcanzó a $us 11.528 millones.
La tendencia es que estas cifras continúen en subida, entendiendo claramente que parte de la política económica del gobierno es que el dinamismo en la economía esté jalado por el sector público.
Para revertir muchos de los datos nada alentadores de nuestra economía se deberían tomar acciones para disminuir el gasto corriente, realizar inversiones públicas eficientes, incentivar y dar mayor libertad al sector privado, para que éste ayude a estimular la demanda interna, elaborar planes estratégicos en la diversificación productiva, potenciar el sector industrial y exportador, disminuir la economía informal, todo esto sobre la base de no inferir políticamente en la economía.
PERFIL
Economista por la UAGRM, con diplomados en Educación Superior y en Política y Gestión Tributaria; maestría en Administración de Empresas. Trabajó en el INE, Impuestos Nacionales y actualmente brinda asesoría en negocios.